Las instalaciones interactivas constituyen un caso
particular de las instalaciones audiovisuales. El participante de una
instalación interactiva no puede llamarse espectador, sino usuarios: los
participantes de una obra interactiva deben hacer uso de ella, operarla,
estimularla; de otra manera ésta carece de todo sentido y función. En el
siguiente enlace os dejo un vídeo, para que os podáis imaginar hasta donde
alcanzan el arte y la tecnología:
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